Todos contra Pablo

El pibe de Ramos Mejía atraviesa su peor momento al interior de la casa del Gran Hermano. Acosado por las peleas, sigue sumando rivales en un grupo que le es cada vez más esquivo. A sus diferencias con Leandro, aparecieron gruesas discusiones con Mariela, y estuvo a un paso de la pelea con Gabriel.

Que Pablo no encuentra todavía lugar en la casa ya es sabido y desde hace tiempo. Quizá desde el mismo momento que ingresó al juego, al chico de Ramos Mejía le costó encontrar referentes cercanos.

La única persona que encontró refugio en él fue Silvina, con quien vivió un romance que tuvo lindos momentos pero no exentos de peleas y diferencias cotidianas y a flor de piel.

Sin embargo con el resto no pudo conectar casi en ningún momento, situación que le valió ya dos nominaciones. Una en la segunda semana del juego, cuando se fue Melisa, y la segunda esta semana, con la salida de Agustín.

Pero esta vez su nominación tuvo un aditamento especial. Fue el más votado lejos en la casa y sumó 12 puntos.

Esto es fiel reflejo de su actualidad. Ya había tenido problemas con Leandro, cuando el chico se portó poco elegante frente a su "novia" dentro de la casa.

También estuvo al filo del conflicto con Damián, después que el rosarino
lo trata de abiertamente de "gil".

Esta semana sus conflictos recrudecieron. Mariela le echó en cara sus diferencias desde el principio. La salteña con la frontalidad que la caracteriza no se guardó palabras y hasta estuvo cerca de calificarlo como un idiota.

En estos casos el chico prefirió mantener bajo perfil, y no reaccionó ante las ofensas.

Sin embargo el martes su actitud fue otra. Gabriel no paró de burlarse de Pablo cuando lo acusaba de haber roto el espejo en la batalla de almohadones.

Y allí reaccionó y estuvo cerca de provocar una pelea que lo hubiera dejado directamente afuera del juego.

La situación está claramente planteada. Pablo encuentra una gran resistencia entre sus compañeros, pero todavía la gente lo apoya y es la que le permitió hasta ahora continuar en el juego. Habrá que ver hasta
donde llega el romance con la gente.