En apariencia se trata del envío televisivo con menos producción del aire actual. Simplemente filma la vida de una casa realista con 18 personas encerradas dentro. Mientras, del otro lado del televisor hay un puñado (un gran puñado, que se cuenta por millones) de personas con el instinto voyeurista exacerbado por la oportunidad.
¿Quién no miró curioso hacia la ventana del vecino, aunque sea un minuto? Eso, multiplicado por una transmisión 24 horas en la que los televidentes encuentran puntos de identificación, odian y quieren fugazmente, como con cualquier novela, hace que la ecuación cierre.
Para un estudioso de la TV Gran Hermano cumple una de las reglas básicas del medio: entretener. Pero para un canal, una agencia de publicidad, una marca o un fanático astuto, hay a la vista un perfecto negocio lleno de virtudes.
A saber, Gran Hermano es un producto ya posicionado (va por la cuarta temporada) y no necesita convencer a nadie, tiene un target de público amplio, no requiere esfuerzo creativo e induce al gasto –casi siempre de aspecto insignificante- de los millones de espectadores argentinos que, cuando menos, envían cada semana un mensaje de texto para echar a alguien de la casa.
El despliegue continúa al mencionar a todos los productos que integran el merchandising “oficial” del programa y a los hombres de a pie que, vía Internet, están haciendo su propia quintita con el fenómeno. Entre ellos está una de las patas del fenómeno, ¿todos se enriquecen con Gran Hermano?
El beso del osito y otros éxitos. El tema compuesto por Eduardo Frigerio para Jessica, y algunas recopilaciones de las canciones más disfrutadas por los habitantes de la casa (de Gilda, el Gloria de Laura Branigan, Ricky Maravilla y Ráfaga, entre otros) están entre los 17 tracks del disco oficial que edita Leader Music. La banda de sonido de la casa fue armada con ideas de los creativos de Telefé, músicos y letristas, e incluye hits elaborados entre los miembros del grupo y algunos homenajes.
Objetos de deseo. El peluche de Jessica, llamado Nando, fue uno de los primeros productos en explotar en el mercado a caballo de la fama cobrada en el programa (hasta hay un foro dedicado). También se consigue ropa similar a la que usaron los participantes, como la camiseta de Newell’s Old Boys que usó Damián; utensilios para replicar la casa, como los platos blancos de cerámica, juegos de mesa, y el más codiciado, un software detector de mentiras “que usa Gran Hermano”, a decir del vendedor.
Segundos de oro. Con 30 puntos de rating promedio, insertar un aviso publicitario en los cortes de Gran Hermano no es cosa de chicos. El segundo de publicidad en las galas de nominación y expulsión cuesta unos tres mil pesos en bruto, y aún así los dos cortes de cada envío están repletos de avisos. Con todo, el formato de publicidad no tradicional (PNT o “chivo”) no está presente en la casa, puesto que los productos consumidos no tienen marca y la ropa de los participantes es cuidadosamente genérica.
SMS potenciados. La gala que expulsó a Nadia, sumó más de 300 mil votos de los televidentes. Fue una cifra récord, que se tradujo también en un porcentaje inédito: el 91 por ciento de los que consumen el programa deseaba borrarla de su espectro visual.
Para interactuar en los momentos clave del programa (expulsiones) los mensajes de texto cuestan $ 0,50 centavos, los llamados desde el celular $ 1,20 y los llamados al 0609, $ 3, costos a los que debe sumárseles el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Según el diario El Cronista, Telefé factura más con los votos que con las tandas, en una cifra que ronda los 200 mil pesos semanales.
Programación cero. Si algo deben agradecer las señales televisivas a Gran Hermano, es que la fórmula asegura éxito y, en esta cuarta temporada, parece consagrarse como el modelo a seguir. Telefé realiza tres informes diarios de lo que ocurre en la casa, sin contar las galas de nominaciones y expulsiones, y la semillita extra de los sábados, con las fiestas hasta la madrugada.
Por su parte, el canal 15 de Cablevisión reproduce las 24 horas del día las imágenes de las cámaras que espían a los participantes. A través de Internet, el servicio de Speedy hace lo mismo. ¿Para qué gastar plata en nuevos programas?
1 comentario:
Aqui en España también ha tenido un gran éxito mediático, incluso en la primera temporada hicieron una película con los componentes del grupo. Luego, con el paso de los años se ha convertido aparte de una fuente de ingresos, también en una forma de conseguir nueva gente para rellenar las plantillas de los programas. Como bien dices "¿Para qué gastar plata en nuevos programas?"
Publicar un comentario